martes, 25 de febrero de 2020

Medio Cuaderno, 2.0. Malvaviscos.

"Can't you see
We're to be this time?
Simple pages on my mind".
=w=.


Medio Cuaderno, 2.0


Ciento cincuenta hojas caídas de un árbol de invierno. Trescientos intentos de no ahogarme, sin tierra visible bajo luz de luna.

Centena y media de plegarias sin destinatario, como palomas mensajeras ciegas.

O también, trescientas conversaciones entre todas las caras de un dado girando; voces a discreción, a mansalva o a ráfagas como risas de supervillano.

Mil y un millón de bromas que se gasta el cerebro a costa de órganos infinitamente más estúpidos.

A falta de un veredicto, sigue siendo vicio; solicitud de ayuda por triplicado, desafío y bravata; rodar para exponer el vientre y esputo en la cara de la vida. Sísifo estaría orgulloso.

Pero hay tantas cosas sobre las que no escribiré. Mejor obviarlas, porque nadie las necesita y nadie las quiere.

Tengo café, y tengo cigarrillos. Y tengo malvaviscos cubiertos de chocolate. Sería una pena desperdiciarlos.

Descubro que también tengo palabras duras y afiladas; quieren salir a jugar. Así que las voy a ahogar y a quemar, y a triturarlas entre mis dientes. Que se mueran, nadie las necesita tampoco.

Medio cuaderno otra vez: Tanto ha cambiado, tanto permanece igual.

Y hay cosas que no mueren, aun a pesar de ser vividas. Estas trescientas páginas son mis amantes. Ahora las conozco. Que sea este amor el único que merezco y el único real. El otro sean sólo fotos en un nicho, memorias incompletas. Páginas veladas por obstinación y orgullo. Formularios y trámites que no completé: la ventanilla estaba cerrada. Llegué tarde, pero el reloj estaba descompuesto mucho antes de mí.

Aun hay muchas páginas por ensuciar. Mucho café para alimentar el insomnio. Otros tantos cigarrillos, para cerrar el trato. Y ahora, además, muchos bombones qué comer.

La vida sigue.




Photo by Alexander Mils on Unsplash