viernes, 15 de julio de 2016

Un respiro. Tierra mojada, lobo mojado.

El Lema de Estos Días.


    Sentado, mirando las nubes agolparse. Tratando de esquivar la meliflua marea, sorteando la luz, el calor.
    Posado tranquilo, la pluma ni siquiera tamborilea sobre la hoja. Resistiendo la urgencia de prometer y jurar, de enumerar y hacer el recuento de lo que el pecho apenas puede contener.
    El sol se apoca, se amilana y parece protestar tras el velo intransigente de sueños grises y azules. Ese algo que susurra lluvia reemplaza al oxígeno e intoxica el alma, sedando el agobio.
    Quieto, casi inmóvil; concentrado en domar las palabras, los verbos, y sobre todo la miríada de adjetivos que se ocurren acerca de ella.
    La luz se transforma sobre la página y sobre el mundo mismo. Los contornos se suavizan y lo que antes brillaba en el ardor y vibraba en una tiranía perennemente luminosa ahora se acurruca plácidamente bajo un techo de vapor y nostalgia.
    Sereno por fuera, agitado por dentro, postales armónicas de mi veintena de años ayudan a contener esta hemorragia, esta cacofonía en espirales que oscilan dando más y más rodeos al lema de estos días: el corazón quiere lo que el corazón quiere.
    En calma, sentado, oliendo en el aire las mil promesas de mil y una tardes más como ésta. Deseando los deseos, soñando el tiempo en que el vacío no esté entre mis brazos; adivinando la música de sus risas y mesando el silencio de sus lágrimas.
    La tarde envuelta en su capullo de nubes comienza a mutar en la más hermosa mariposa nocturna.


"Talk to me like lovers do...". Eurythmics. Here Comes the Rain Again.


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