Bien. No hace mucho me dí cuenta que el Aniversario de este querido mamotreto se me pasó como la ingente cantidad de cosas que nunca noto, probable efecto secundario de mi antigregarismo: olvido los cumpleaños casi tanto como deseo que el mío pase inadvertido.
Es así entonces que quiero, de manera alegremente tiránica, hacer uso de esta ventana para dar las Gracias a todos y todas los que nos han acompañado, a Su Inseguro Servidor y al Lupino Chucho Con Pulgares por igual, en esta incoherente aventurilla de tres al cuarto. Cosas de la temporada, suelo ponerme agradecido.
Ahora, no sería tan arduo físicamente agradecer de uno por uno citando nombres y apellidos -con una notable excepción-, pero emocionalmente quedaría a deber y eso no sería justo.
Así que, ya sean colibríes que tararean por estos mismos caminos; amigos de toda la vida con regalos infalibles de cariño; niñas de agua tan queridísimas como a mis irises; amores desincronizados pero no exentos de cariño auténtico; personas generosas que sin conocerme me han prestado sus ojos y no fallan con el "+"; aquellos que vía Unsplash me ayudan desinteresadamente a complementar mis vagas palabras con imágenes... A todos, Mil Gracias.
Y de paso que el Nuevo Inminente Año sea para ustedes puerto y refugio, hogar y cariño, carcajada y regalo. Que lo que esperan, anhelan y aun necesitan desborde sus manos. ¡Feliz 2017! :)
Awoo,
Manuel.
"I, I did it all
I owned every second that this world could give
I saw so many places, the things that I did
With every broken bone, I swear I lived". OneRepublic. I Lived.
Un Suspiro.
Y al final del día, un suspiro que es adiós y también gracias. Una breve exhalación a la vez de orgullo descarado y de arrogancia justificada, pero también de alivio al saber que mañana es posible.
Un suspiro solamente, pero también mil sonrisas; y un real mar de lágrimas que fueron medicina o fueron vapor inerte. Que es carpeta con memorias aprisionadas en una neurona sin nombre; trescientos sesenta y cinco ayeres, hoyes y mañanas como una serie de luces que a veces hizo corto.
Días extraños, días ecstáticos; llamaradas de dolor, o lujuria o desesperanza; o figuras de acción de platino puro; o brisas inofensivas en playas azules y doradas. Todo vale ese suspiro, todo cuesta dos gramos de aliento.
Y al final del día el sello de la promesa, la esperanza ilusa de estar aquí, todos juntos en el cariñoso egoísmo, todos unidos en el abrazo y la desavenencia o aun en el puro recuerdo; pero aquí, pero todos.
Un suspiro también por aquellos a quienes nuestros brazos ya no alcanzan: madres, abuelas, tías, padres, hijos, amigos.
Por todo lo ganado, por lo que se extravió en la niebla y en el polvo; por lo que acunamos entre brazos suave y codiciosamente, lastre que al soltar nos arrancó del pecho lo que nos impedía elevarnos.
Por todo y todos, por tí mismo: un suspiro al final del día, el último antes del primero. Nada más. Y nada menos.
"Hope that you spend your days, but they all add up
And when the sun goes down, hope you raise your cup...". OneRepublic. I Lived. (Yes, once more, I like the song).