viernes, 25 de diciembre de 2015
La Verdad entre los Días, parte 2. Donde el Lobito sigue aullando a una Selene cuadrada, por supuesto en vano.
viernes, 18 de diciembre de 2015
La Verdad Entre Los Días. (Parte 1). Ahora sí, pongámonos personales.
viernes, 4 de diciembre de 2015
Entonces, a instancias de una amiga muy querida, y más aun por ello, tuve a bien leer Firestarter. La sabiduría popular declara tajante que "es de sabios cambiar de opinión" y de igual manera nos conmina encarecidamente a jamás decir: de esta agua no beberé. Y aquello de nunca digas nunca, creo que el punto es evidente. La epifanía estaba oficialmente declarada y el segundo sujeto de mi Trilogía Patronal había llegado a su destino. El viejo Caballero Xenófobo de H. P. L. avisó que llegaría fashionably late, pero la suerte estaba, como dicen, echada. Y para bien o para mal, el señor King se convirtió en mi personal Maestro del Terror.
Toda esta diatriba viene a colación precisamente con la idea central de esta semana. Teniendo como he el obsceno hábito de revisitar mi biblioteca, que consiste básicamente en aquellos libros considerados clásicos juveniles, casi todos los tomos de la ochentera colección Horror de Gran Súper Terror de Roca, Poe en ambos idiomas, Mary Shelley, Anne Rice, et cétera, Y Stephen King en varias modalidades, he añadido además el formato digital. Lo cual significa prácticamente los mismos autores arriba citados, más otros no referidos, pero leídos en mi tablet.
Entre esos libros hay una enorme dosis del habitante favorito de Maine, uno de ellos el hasta ahora inexplorado Night Shift. En donde aparece precisamente el objeto de reflexión que me ocupa en este preciso instante, esa sana dosis de autocomplacencia llamada: El Prefacio.
En pocas palabras, el Teacher acapara la atención del lector - entiéndase Yo- que, dicho sea de paso, ya tenía y ofrece una breve cátedra-diagonal-justificación sobre lo que algunos tenemos la osadía de llamar Literatura de Terror. Nos dice, e intentaré ser breve a riesgo de ser impreciso, cómo esas dos figuras de sombras, la Muerte y el Miedo, han sido abordadas por los Grandes Literatos Serios, y cómo éstos se colocan en el lado racional. Asimismo declara desvergonzadamente que aquellos que en efecto se dedican a la prosaica tarea de forzarte a "ver el accidente carretero", se ubican en la frontera entre realidad e irrealidad. Suspensión de ella, damas y caballeros, he ahí según mi humilde -mejor dicho, paupérrima, acaso lumpen proletaria- experiencia causa del Efecto Unico y Singular del que el Maestro Poe hablaba. Entre línea y línea, King me explicó, no sin hacerme sentir decepcionado de mi esfuerzo, la mecánica del Miedo y su necesidad de habitar en un entorno interesante. O en Español, que la historia debe ser interesante e intensa para ser efectiva.
Y he ahí el asunto. En mis intentos hasta ahora hay muertos a granel, caray, como si los regalaran, pero me he puesto a dudar de mi capacidad para inspirar verdadero terror. ¿Es el Terror lo mío, o me veré forzado a por siempre contar historias aburridas de vidas insignificantes hundidas en lo gris? Misma Bati-hora, mismo Bati-canal. Resolvamos el misterio.
jueves, 26 de noviembre de 2015
Camaleones todos los dias.
El ultimo par de dias han sido movidos, sobre todo internamente. Ya ni recuerdo que fue el detonante, pero al cabo me vi perdido, total, absolutamente embrollado en una tormenta interior que no parecia fuera a terminar. En esos casos tiendo a evaluar practicamente toda mi vida, y el resultado nunca es halagador. Ni que decir que la mecha se me acorta y la reina del melodrama sale a pasear con toda pompa, cuetes y chiflidos.
No fue hasta que por casualidad -si existe tal cosa- me tope con "otra historia", la de un conocido actor que ha sufrido, y el si en serio, que finalmente las cosas se acomodaron en su imperfecta naturaleza. Asi que fisica y emocionalmente agotado por fin deje mi pretendida justa indignacion y, por decirlo de alguna manera, le baje de yarboclos al choco moloko.
Algunos minutos mas tarde comenzo la procesion interna y tambien mi habitual costumbre de racionalizar hasta la ridiculez, de tal manera que comence a darme cuenta de todo lo que cumpli rutinaria y automaticamente durante el dia; las leyes que acate, las frases de rigor, incluso quiza los sentimientos asignados hacia cada persona en la que pense, y como todo debio lucir normal. Menuda mascara.
Y es que la consigna de la susodicha historia salvadora es: Never give up. Si, seguro, never de limon, a oui mon frere. Pero es que esa consigna vino a suplir la otra, la que aprendi en mi adolescencia a fuerza de crianza y como escudo tanto a la vida, como al miedo al ridiculo, como la debilidad de caracter: Nunca muestres nada. Estoicismo es el nombre del juego, ¿te pasa algo? No pasa nada. Fuerte es mejor. Los sentimientos son debilidad y tu no tienes, no puedes, luego no quieres, ser debil. Y es verdad. No quieres. Y esa cascara que aprendes a vestir -todos los dias-, te convierte al cabo ni mas ni menos que en un cacahuate humano.
Y ahora aqui estoy, haciendo cuentas, y las matematicas siempre fueron mi coco personal, de cuantos habemos alla afuera cambiando de color y patron segun que circunstancias. Todos los dias.
sábado, 21 de noviembre de 2015
Hasta que parezca lo que es.
Pero también es cierto que ese lamentable desaguisado comenzó fundamentalmente con piezas como ésta, o "esto". Pequeñas notas donde volcaba, encantador inadaptado de trece años, esas cosas que harían a tus amigos por lo menos arquear una ceja si no decirte abiertamente "eres un mocoso muy raro". Cosas que piensas a media tarde, cuando el mundo parece bajar de errepeemes y la música suena en la grabadora Sanyo. Detalles, amores, dolores y extrañezas que los adolescentes suelen convertir en tormentas perfectas en diminutos vasos de agua. Esas cosas de las que te ríes una vez que aceptas que la vida es como el mar, y a veces te baña y otras te ahoga. Y miren nada más, heme aquí haciendo. Exactamente. Lo mismo.
Sin embargo la cosa no es tan seria. Abierta confesión: nunca lo es, nunca lo ha sido. Y por lo tanto declaro a partir de hoy este espacio como depositario de esas inquietudes, y las que surgieron después de varias historias a dos columnas, de escribir extraños delirios subjetivos y rebeldes a toda regla que algunos quieren confundir como poemas, un modestísimo primer lugar en un concurso universitario y varios intentos (decir "innumerables", o "variados" sería inútil) de colarme en una fiesta a la que pensé me habían invitado y en realidad solo se me ha mencionado de paso. Hasta que, quiera el karma, yo me harte y decida entrar a saco, con escalamiento y daños a terceros. Faltaba más.
Así que bueno. Aquí estamos, armados con un teclado tartamudo, años de bloqueo de escritor y un sentido del humor moderadamente desquiciado; morbo, miedos por carretadas, todo el condenado circo.
Quizá soy solo yo, y no me extrañaría, pero promete ser un viaje movidito. O aburrido hasta prender el radio. El chiste es pegarle pelitos al Licántropo, hasta que parezca lo que es. :) Chin, chin, el que se raje.