Entorno Controlado.
Ay-si-pudieras-ver cómo te invento en las tardes de ocio... Cómo tomo las partes de tí que más me gustan y las combino y recompongo como un Frankenstein alegremente obsesivo...
Si supieras con qué precisión conozco el exacto diámetro de tus ojos, el rango correcto de la tersura de tus pantorrillas, el porcentaje de poros que cubriría una caricia en tu espalda entre un hombro y otro, el total de neuronas que harían cortocircuito al contacto de tus labios.
Y aun así te asombraría lo poco que sé de tí y de tu alma; cuán larga puede ser tu euforia, qué tan intensa o concentrada será tu rabia. O cuál de tus miedos puedo disipar más facilmente. Cuántos radianes puede emitir tu sonrisa antes de ser nociva. Cuánta sal contiene una lágrima tuya.
Tendría entonces que estudiarte en un entorno controlado: un lugar aislado, quieto y de temperatura regulada; monitor de alta resolución; una botella de vino; Ella Fitzgerald en los altavoces. Y un sofá muy cómodo.
"Pictures from a magazine
Diagrams and charts
Mending broken hearts (and makin')
(Weird Science)". Oingo Boingo. Weird Science.
Deja que las notas llenen los huecos que anidan bajo la piel y cierra la boca. Guarda silencio para que la música lo llene de las cosas que no puedes ni quieres decir hoy.
Ríete suavemente del mutismo y del bloqueo, bien al compás o a contratiempo. Después de todo hoy no tienes palabras, deja que alguien más las diga, qué más da.
Baja el volumen de lo que sea que esté latiendo dentro de tí, páralo si puedes. Que sea el ritmo el que bombee la sangre.
Hoy no hay voz. No hay palabras.
Oxígeno puro. Un deseo.
"Quiero ver los árboles" digo, y mis oídos se sorprenden los primeros, porque sé que no miento. Imagino disimuladamente el nadar en esa ausencia del asfalto, en la luz titilante de los mil ojos del cielo. Conjuraría una botella de inmisericorde whiskey; las canciones más piadosas del botín; decenas de cigarrillos en dulce hecatombe y otras tantas de páginas holladas por mi mano entumecida.
Imagino un breve mar de soledad en calma, bajo olas eternas de verde definitivo, ahogándome en oxígeno verdadero entre ondulantes parches de luz. Mis oídos sueñan con la voz del viento que es atronador susurro, que quizá me arrullara en la noche mientras el fuego rezonga en su lecho.
Quizá me dejara llevar por recuerdos de aquella juventud incipiente; o el de aquel amor muerto al nacer en ese bosque; el perfil suave de esa niña-mujer que amé como jamás se ha visto; el abrazo de perdón y disculpa al fin del siglo; los rostros y las voces de amigos alegremente ebrios que allá serán siempre jóvenes; risas y peleas y llantos y ocurrencias de quienes ví y me vieron crecer.
Creo que ansío ir otra vez a morir en ese bosque incólume, en compañía de mí mismo y de aquellos yoes que dejé allá, y dejar que algunas lágrimas secretas lloren por el pasado irrecuperable, por el amor que lastimó tanto, por la carne tierna que se ha curtido en tres décadas. Por todo lo que quiso ser y no pudo.
También para renovarme promesas y hacerme otras nuevas. Mirar a Dios a la cara sin reproches. Ver en el pozo de agua dentro de mí, imaginar posibilidades; robar uno o dos sueños, reencender alguna llama con oxígeno puro.
Y regresar al cabo con un alma recién lavada en rocío.
"I tripped and fell, did I fall
What I want to feel
I want to feel it now". R.E.M. Strange Currencies.
Un Velo Sutil.
Somos viejos amigos, la oscuridad y yo. Entre estúpidas risas hemos pasado buenas tardes, y han habido noches de sollozos inconfesados. Todo es parte de un juego carente de sentido, que es también una guerra fría -y oscura- por la posesión de mi alma.
El secreto, una vez que consigues entenderlo, es saber que ella tiene dos propósitos: uno, cubrir cosas con su manto, ya sean secretos placeres o vergüenzas demasiado grandes para llevarlas con uno a todos lados. Y dos, ser la tierra donde florezcan luces, luces muy brillantes.
Esta vez sin embargo, ha cruzado la línea. Ha tendido un velo sutil, pero palpable, sobre la sonrisa más hermosa del mundo. Y aunque sé que no soy gran cosa y que no tengo derecho a negar la posible belleza que pueda resultar, lo poco que queda de mi corazón me urge a negarme a permitirlo.
Sólo quisiera poder hacer algo...
"...When darkness comes
And pain is all around
Like a bridge over troubled water
I will lay me down". Simon and Garfunkel. Bridge Over Troubled Water.
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