Un Átomo de Tiempo.
Hay mundos donde un beso puede ser todo, y otros donde no significa nada.
Mundos donde un beso concentrará los años perdidos. O marcará principio y fin. Quizá sólo bendiga una coincidencia, o defina un momento en dos vidas.
Y aun otros orbes donde ese beso único sea el acto más sincero y al tiempo más triste. Mundos, donde ese beso no baste para cambiar el eje de ningún planeta, por mucho que sea hito o parteaguas; una súplica condenada a marchitarse antes de que amanezca.
También hay tierras pequeñas que esperan durar para siempre, en las que un beso puede nunca ser más que un tatuaje traslúcido, perenne en la comisura de unos labios aun jóvenes.
Realidades que surgen y se esfuman con un beso casual; beso, suspiro, sonrisa, nada... Un regalo mínimo y húmedo; vano pero alegre; lascivo pero dulce; que será guardado entre chispas microscópicas y reinará minúsculo en su rincón asignado, en su ángulo diminuto.
Lo que no conozco aun, y deseo, y espero, es un mundo donde resida un beso perfecto; uno que sea big-bang y termine junto con los días. Ése que despierta lo que sea que duerma. Que sana y que salva. Que promete y cumple y después promete más.
Es ese beso de leyenda que has querido dar y tener toda la vida, desde que la pubertad te metió zancadilla. Historia o Tragedia: arruinará todos los posteriores o será la punta de iceberg de una vida corta en aliento.
Un beso, nada más. Un átomo de tiempo en el reloj cósmico. Un grano de arena que obstruya el paso del segundero, eternamente.
By Gustav Klimt - Google Art Project, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=38827275
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