viernes, 29 de septiembre de 2017
Te miré. Egoísmo terapéutico, singularidad ineludible, whatever.
Te miré.
Tomé tu fotografía en mis manos y te miré; te ví buscando el hogar o acaso un lugar más perfecto. Ví que si iba a buscarte, no te encontraría.
Usé mi telescopio y te miré: Sonreías hermosa, y anotabas tu vida en el calendario. Y ví que si iba a visitarte, no habría días para mí.
Me paré frente a la ventana y te miré: Estabas feliz y orondo, y querías visitar mi casa. Y ví que tus manos se abrían y cerraban con codicia, y te llevarías algo de lo mío. Y cerré la ventana.
Cerré un ojo y atisbé por la lupa, y te miré: Bebías y comías sin parar. Y ví cómo intentabas llenar ese vacío en tí, y temí ser engullido también.
Y cerré todas las puertas, todas las ventanas; bajé persianas y cortinas. Porque supe que por algún tiempo tenía que estar con una sola persona, y él se siente sólo, y me necesita mucho más que tú.
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