Silent, silent".
Thom.
Este Último Aullido.
Tal vez sea entonces momento de regalarte el Silencio; uno verdadero, y no la máscara de hierro que me puse por orgullo.
Si te da la impresión de que todas mis palabras pretéritas fueron para nada, quizá tienes razón. Acaso fuera sólo la necesidad de sacar el vacío de adentro; dejar pasar la lanza de lado a lado. Ya no lo sé.
O tal vez sólo quería decir una y otra vez que te quiero, todavía más veces, ya rota la represa. No es que esperara que me oyeras.
Así que propongo este último aullido, que sella mi aullar sin cambiar nada. Este eco rebota y lo hará para siempre, en la caverna que llevo por dentro. Tan grande es el embrujo que no pienso invitar a nadie más a vivir en ella.
Perdona si no me disculpo por seguir sintiéndote, por verte en todas las cosas que me gustan, por oírte aun en las canciones. A fin de cuentas, lo que sienta -o no-, es sólo cosa mía, ahora al menos. Despreocúpate, si acaso. Tú sabes que la vida sigue para ti; yo regreso a lo que era antes de ti. Por supuesto, Gracias; por cambiarme para ti, mientras duró el momento que fue nuestro.
Ahora viene la parte que quizá no te guste:
No te digo adiós. Desde un principio te pedí que tú lo dijeras, y te fuiste, pero en silencio. Yo no me despido, ni lo haré; yo sigo aquí; lo quieras o no.
Sólo encierro los recuerdos dentro de Mi cofre; en Mi memoria y Mi tacto, y todo lo que es mío, y dejo de ahuyentar a mis amables lectores. Y te quiero, hasta que me muera de ello. De Ti.
El Resto, dijo el hombre,
es Silencio.