but I miss you...".
Sade.
Del Otro Lado.
Quizá te sorprenda, pero cuando las horas pierden velocidad, pienso en ti. Me disuelvo con la luz menguante, y te imagino.
Y te imagino atareada por las mañanas, sujeto el pelo y tu rostro enmarcado por un color de cuento de hadas. Imagino tus pasos breves por toda la casa y la ciudad y el mundo.
Te imagino, aunque ya sin apoyarme en muebles y muros cada vez, y me maravillo del poder de mis neuronas adoloridas y su obstinación sin cura. Cómo traen de regreso al hoy la textura de tus labios, o el olor de tu pelo. Cómo vuelven a esa labor a pesar de todas las cosas que hago para distraerlas. Cómo me han acostumbrado a vivir de los recuerdos.
E imagino tu voz llenando toda una habitación; tú de pie bajo una luz ardiente, u otra congelándote en azul. Bañada en fotones como si tu propio fuego no fuera suficiente para iluminar todo, para quemarlo todo.
Te imagino allá tan lejos, del otro lado de este océano de silencio. Me aferro a esto para tratar de evitar imaginar el por qué no pudimos vernos como queríamos, y por qué no logramos vernos y querernos como somos. Cualquier explicación se quema en el calor que sobrevivió dentro, que siento cuando te imagino.
Debo confesar, sin embargo, que también imagino tus palabras, tus respuestas.
A mis disculpas.
A lo que siento que me toca de remordimiento.
A mi extrañarte sin remedio.
A mi ruego mudo de que vuelvas.
Y entonces mi orgullo viene y se lleva todo.
Y te imagino allá, indeleble y sólida; mi posible recuerdo sólo una molestia que dejaste atrás.
Sonrío, imáginandote feliz y ajena, mientras a mí la sangre se me vuelve más clara cada vez que anochece.
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