viernes, 5 de mayo de 2017

Nada menos que Mujer. Una triste coincidencia.

Nada Menos Que Mujer.


    A veces no comprendo por qué no sabes que posees la mitad del mundo. Si sé que lo has regalado, y muchas cosas más, con una sonrisa y una caricia. Pero también te he visto en cadenas, despojada como una amazona descompuesta. Te he visto también morir, confundiendo el miedo con amor. Y eso no debe ser, nunca más.

    Mujer, amada mía, compañera: cuídate de mí cuando sea un monstruo, o mejor aun, mata la demencia desde la cuna con ese infinito amor tuyo que puede quemar dolores, desmenuzar montañas y disolver mis guerras. Repúdiame, despréciame y bórrame así del mundo.

    Mujer, esposa, madre, hermana mías; mitad perdida de mí que busco entre gritos: el sacrificio no sirve y no vale nada cuando no es voluntario; eso es esclavitud, eso se llama Olvido. No te rindas a él.

    No quiero inclinarme ante ti, ni quiero verte de rodillas sobre mi sombra. Quiero poder mirarte a los ojos y mirarme en ellos  como soy, no como puedo ser ni como tú quieras que sea o creas que debo ser.

    Mujer, no somos dioses uno del otro; ni rey ni reina; no somos amos ni dueños ni esclavos; no somos juguetes. Somos Mujer y Hombre, ni más ni menos.

    Porque te quiero; te quiero libre, te quiero fuerte. Te quiero feliz. Te quiero viva. Inteligente. Digna. Poderosa.

    No diva, ni esclava, ni sacerdotisa ni hechicera, ni virgen, ni puta, ni cocinera. No quiero sólo adjetivos ni sustantivos.

    No seas nunca nada menos que Mujer.



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