viernes, 13 de abril de 2018

Firma Aquí. Un sueño carmesí.


Firma Aquí.


    Por favor no me pidas lo que otro daría sin pensar ni dudar. No quiero rasgar tu piel, ni volverte fiera herida. Ojalá puedas comprender que arrojé todo a la marea de una vez, la última acaso, al alba de un día muy triste.

    Puedo darte el tacto en mis dedos, o una caricia imaginaria con los ojos. No puedo sostenerte sin fuerza en los brazos; no voy a bajar los párpados y darte primicia alguna.

    Tal vez pueda poner dos o tres horas en una canasta y guardarlas por y para ti; mis días sin embargo, son míos nada más.

    Y tengo mil palabras en bandolera, mas hay una que no usaré ni te llamaré por ella, aun -lo lamento-, si lo merecieras. Puedo ser un zigzag en tu costado o uno más de tus carmesíes sueños; pero jamás tuyo por más de un momento a la vez.

    Piensa bien lo que harás conmigo, o no lo pienses en absoluto. Entra en mi caverna o entrégate al sol. Tus deseos, tu voluntad; tu frío, tu tiempo, tu placer. No me duele tanto ser un objeto mientras entiendas quién es su dueño.

    Si así lo deseas entonces, firma aquí con saliva, aquí con sudor, y aquí con savia de tí. Guarda tu sangre para quien la necesite.




Photo by Mike Dorner on Unsplash

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