viernes, 20 de abril de 2018

Las Llaves Que Me Abren. Pieza faltante.

Las Llaves Que Me Abren.

    Llega fría, como una chispa azul, como aire furtivo sobre piel húmeda. Es idea, luego certeza; un presagio que esperé y me atreví a negar a los ojos.

    Eres nuevamente un recuerdo a pesar de la presencia, y acaso por ella misma. Has cambiado y aun siendo tú -porque siempre lo has sido-, ya no eres igual. Y como contigo, cambio sin tí.

    No voy a decir que ya no eres la pieza faltante; después de todo eres tú, con voz y sonrisa, con ojos y manos y caderas. Pero si algo no te debo es el alivio de saber que me he resignado, o el de creer que te he olvidado. No puedo saber lo que nunca he aprendido.

    Todo lo que tenía para darte lo guardo, lo celo; lo reservo para mí y nadie más. Nunca más, nunca otra vez. Por supuesto habrán cuerpos, y voces y mentes en las que perderme, intentando descifrar sus silencios; porque en cambio respeté los tuyos, hipnotizado y cohibido por mi adoración de tí.

    Pero he fundido las llaves que me abren para hacer una coraza nueva.

    Sólo queda una, y hoy entiendo que durará tal vez hasta el fin así, sin usar.

    Llámame egoísta, pero es que eres mi paradoja favorita: la primera y la última que quise -que quiero-, amar.

    Y si así debe ser, que la espina del Hubiera sea las cenizas de ello.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario