martes, 3 de mayo de 2016

Del Minimo Deceso. Parte 1.

Estoy muerto y mori de amor;
entierrame en la caja de las fotos.
Mejor aun, cremame
en el fuego de tu voz
ahora que soy sordo a ella.
No cantes elegias o reces por mi alma,
la perdi en tus ojos,
se ahogo en los hoyuelos
de tu sonrisa infalible.
Dejame, por Dios, descansar en paz.
Estoy muerto.



En este vacio reino,
cuando en tu mundo seria vasallo.
Ahora, en este momento,
realmente prefiero reinar en mi Infierno
a ser tu subdito compadecido
o a ser martir por tu fe vacia,
llena del amor que yo no quiero.


(continuara...)


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